Críticas de cine. 'Jack Reacher. Nunca vuelvas atrás': soporífera secuela

Póster de Jack Reacher: nunca vuelvas atrás
La Mayor Susan Turner, líder de la antigua unidad militar de Reacher, es falsamente acusada de traición. Jack Reacher tendrá que sacarla de prisión y descubrir la verdad detrás de una conspiración gubernamental para limpiar sus nombres y salvar sus vidas. Durante el escape, Reacher descubrirá un secreto de su pasado que podría cambiar su vida para siempre.

Si la primera incursión en la gran pantalla de 'Jack Reacher', funcionaba solo para amantes de los caballeros andantes anacrónicos de los años 70 y los fans del escritor Lee Child, la secuela protagonizada por Tom Cruise y Cobie Smulders parece elaborada con escuadra y cartabón, con espacio mínimo para la emoción, el alma, la humanidad y el más mínimo sense of wonder.

Pese a tener a un artesano como Edward Zwick detrás de las cámaras, el regreso de Reacher es tan frío, convencional, desganado, increíble y plano como un anuncio de campaña electoral.

Cruise y Smulders se esfuerzan por hacernos creer que todo tiene importancia, pero su química es nula, incapaz de arrancarnos la menor emoción.

Ni positiva, ni negativa.

Todo son carreras de acá para allá, sonrisas forzadas y situaciones inocuas para dos armas letales con patas. 

La malvada enésima conspiración gubernamental de turno que se nos vende tan vital y trascendente para el destino de sus personajes, los Estados Unidos y el mundo libre , si me apuran, se queda en una escaramuza mononeuronal donde los malos parecen sacados de una parodia de Jason Bourne, y su máxima amenaza consiste en servir de sparrings ante las letales hostias de Reacher y Turner.

La puesta en escena resulta tan aburrida en su corrección, las coreografías mamporreras tan predecibles, los chascarrillos de Reacher tan poco inspirados, las subtramas íntimas tan plomizas, improbables y desangeladas ... que a la media hora de metraje estamos deseando que la cinta termine, o alguna explosión muy ruidosa nos saque del sopor absoluto. 

Está claro que Tom Cruise es una estrella entregada, comprometida y capaz de mucho más, como ya ha demostrado en múltiples ocasiones, sobre todo encarnando a héroes de acción.

Puede que la franquicia funcione en taquilla, rentabilizando una inversión mínima (60 millones de dólares), para los estándares del Hollywood contemporáneo.

Pero si ha habido una secuela fallida de una película resultona pero poco más en los últimos años, sin duda es el enorme paso atrás de Reacher.

Lo mejor: el inicio en la cafetería.

Lo peor: cuando una cinta de acción con Tom Cruise aburre, algo falla estrepitosamente.

Por: Eduardo Bonafonte Serrano.

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